Así es como fuimos creados. Siempre buscaremos lo que la gente a nuestro alrededor tiene, y lo desearemos para nosotros mismos. Pasaremos caminando lentamente por las tiendas mirando y anhelando todo ese brillo. Sin embargo, no es imposible alejarnos de ello. Al-lah no carga a nadie más allá de sus capacidades. Cuando probamos la dulzura de la libertad después de la esclavitud, vemos cuánto nos pesaba.
Encontramos nuestro mejor ejemplo en el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él. Él era el gobernador innegable de Arabia al momento de su muerte y, sin embargo, su hogar estaba vacío. Cuando Omar, que Al-lah esté complacido con él, le preguntó por qué vivía de ese modo mientras los reyes de Persia y Roma vivían lujosamente, le respondió: “Yo, con respecto a esta vida mundana, soy como un jinete viajando en un día caluroso de verano, que se refugió a la sombra de un árbol por una hora y luego continuó su camino” (Tirmidhi).
Después de que me di cuenta ese día de la cantidad de cosas que tenía, tomé medidas para evitar caer de nuevo en ese ciclo:
1. Evitar los centros comerciales a menos que sea necesario. Estos lugares están diseñados para hacernos comprar cosas, y las vitrinas fueron hechas para atraernos. Puedes mantenerte alejado de la tentación si no te expones a esas situaciones.
2. Cuando obtengas algo, también da algo. Es muy fácil olvidar cuántas cosas tenemos acumuladas en nuestras casas. Solo cuando te mudas o viajas te das cuenta de eso. Cuando compres algo, encuentra algo para dar como sádaqa (caridad) o regálaselo a un amigo o hermano.
3. Pregúntate si ese objeto te acerca a Al-lah o si te beneficiará después de que mueras. ¿Realmente lo necesitas? La mayoría de las veces, la respuesta es no.
4. Mantén cercanía con la gente que no te recuerde at-takazur, la competencia para ver quién puede obtener lo mejor. Rodéate de amigos con los que compitas en buenas obras en lugar de competir en acumular cosas.
5. Mantén tu vida simple. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo que estemos en este mundo como viajeros. Todos hemos visto a esas pobres personas en los aeropuertos arrastrando demasiado equipaje. No seas como ellos.
6. Viaja a una región pobre y observa cómo vive la mayor parte de la humanidad. Si no puedes hacerlo, lee noticias regionales y locales sobre lugares pobres. Yo jamás había sido testigo de la pobreza como la vi en Egipto. Me sentí disgustado conmigo mismo y con mi cultura por lo despilfarradores y desagradecidos que somos, mientras que ellos son muy agradecidos por el pan que pueden tener para cenar.
7. Lee la biografía del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y las vidas de los compañeros y los predecesores rectos, reflexiona sobre cómo vivían. Probablemente no seamos capaces de vivir hoy en día como lo hacían ellos, pero podemos ser tan simples como lo fueron ellos, a nuestra propia manera. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “¿Acaso no oyen? La sencillez (en la vida) es parte de la fe, la simplicidad es parte de la fe” (Abu Dawud)
8. Cuenta tus bendiciones, literalmente. Reflexiona sobre cuánto tienes y cuánto te ha dado Al lah… y cuánto Le has dado tú a Él.
9. Evita el desperdicio y enséñales a tus hijos a no desperdiciar, ya sea con los alimentos, el uso del agua, o las páginas de sus cuadernos de estudio. ¿Por qué dejar una hoja en blanco cuando puede ser utilizada? Al-lah dice: {Coman y beban con mesura, porque Dios no ama a los derrochadores} [Corán 7:31].
10. Concéntrate en el Más Allá y Al-lah te dará la dunia. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “A aquellos cuya preocupación es este mundo, Al-lah les dispersará sus asuntos y pondrá pobreza entre sus ojos, y no obtendrán del mundo excepto lo que ha sido escrito para ellos. Y a aquellos cuya intención es el Más Allá, Al-lah les reunirá sus asuntos y pondrá satisfacción en sus corazones, y el mundo vendrá a ellos de buena gana” (Ibn Maya).
11. Pídele a Al-lah (Glorificado sea) que te haga satisfecho y agradecido con lo que tienes, y que haga de Su complacencia tu objetivo. Pídele que te haga de aquellos que son agradecidos y pacientes, y de aquellos que compiten por hacer buenas obras, no de aquellos que compiten por acumular posesiones. Te darás cuenta que la satisfacción es el verdadero tesoro.
Si estos consejos no son suficientes para ayudarte, piensa en la última aleya de la sura At-Takazur:
ثُمَّ لَتُسْأَلُنَّ يَوْمَئِذٍ عَنِ النَّعِيمِ
Luego, ese día [del Juicio] se les preguntará por cada bendición que recibieron [durante la vida mundanal].
¿Te imaginas parado frente a Al-lah, el Señor de todo cuanto existe, y que Él te pregunte por las cosas con las que te mimabas en esta vida?
Libérate de los grilletes del dinero y el consumismo, antes de que tu tiempo termine y tus pertenencias te dejen para que otras personas dispongan de ellas.